Los lácteos son parte importante de la alimentación de la mayoría de los niños y también de gran parte de los adultos. Ayudan a cuidarse para perder peso, para ganar músculo y también para darse un capricho saludable. Veamos cuatro tipos de lácteos que te ayudan y sus cualidades.
1) La leche desnatada sin lactosa. Aunque cualquier leche es buena en una dieta hemos elegido la desnatada sin lactosa porque, por un lado, no tiene grasa, lo que hace que pueda tomarla cualquier persona que quiere perder peso o que tiene problemas con las grasas para su organismo. Por otro, sin lactosa, es apta para las personas con intolerancia a la lactosa, lo que hace que se convierta en un alimento saludable para un colectivo que, normalmente, no puede disfrutar de los lácteos.
2) El yogurt natural sin conservantes ni colorantes. Rico, barato y con muchas posibilidades, el yogur es un probiótico de calidad, una gran fuente de proteínas y un alimento muy saciante. Todas estas ventajas lo convierten en un gran componente de la dieta que puede tomarse como postre, como desayuno o como merienda y que siempre sienta bien. Los hay con sabores, pero lo cierto es que estos ya no son tan saludables ya que, si bien sus ingredientes son los mismos, los sabores que se añaden son químicos artificiales, por lo que es preferible tomarlos con fruta y no con aromas.
3) El kéfir. El kéfir es el producto de la fermentación de la leche con un hongo. Es un probiótico muy completo que contribuye a la buena salud del intestino y a la recuperación de la flora intestinal dañada. Su sabor es ligeramente amargo, pero puede tomarse con un poco de edulcorante. Puede comprarse en los supermercados ya elaborado, pero también se puede hacer en casa muy fácil. El hongo del kéfir crece en la leche por lo cual quienes hacen kéfir suelen tener siempre para regalar y hay auténticas cadenas para surtir de kéfir a quién lo desee.
4) El queso batido desnatado. Un auténtico capricho que es perfecto para sustituir una comida o para tomar en pequeñas cantidades como postre. Sus valores son muy buenos, ya que tiene muy poca grasa, incluso lo hay 0% pero su sabor no pierde absolutamente nada. Se puede combinar con cereales, con fruta o tomarlo solo con un poco de edulcorante. Es muy saciante y aporta muchas proteínas, siendo un gran aliado para la dieta.