La margarina es la nueva leche

Nos encontramos en una época extraordinariamente sensible en lo que se refiere a la alimentación. Los consumidores quieren saber qué están comiendo, de dónde proceden los ingredientes de cada producto y si son realmente saludables. Las grandes marcas industriales se ponen las pilas conscientes de que el consumidor occidental de la actualidad es mucho más exigente que hace décadas.

En este contexto, determinados alimentos ‘clásicos’ se ponen en entredicho porque podrían resultar perjudiciales para la salud. Es el caso de la margarina, un producto industrial que vino a sustituir a la mantequilla por su facilidad para ser untada en pan y porque, teóricamente, contenía menos grasas, o ‘engordaba menos’ como solemos decir popularmente.

Tengo que decir que yo mismo nunca he sido un gran consumidor de margarina, desde siempre en mi casa se consumió  mantequilla central lechera asturiana. Es una costumbre que he mantenido después. No es tanto un producto que use con pan para el desayuno, sino que se incluye como ingrediente en determinados platos, sobre todo postres.

Hace un tiempo, comenzaron a circular una serie de informaciones por internet que asociaban la margarina industrial al plástico, argumentando que contenían grasas trans y que podían ser perjudiciales para el sistema cardiovascular. El asunto ha tenido tanta trascendencia que ha obligado a determinadas multinacionales especialistas en la fabricación de margarina salir a la palestra para reivindicar su producto. Admiten, no obstante, que tiene grasas trans pero no en una cantidad perjudicial.

El comunicado de los fabricantes de margarina no ha sido demasiado tranquilizador y muchos consumidores le han dado la espalda a este producto, como también se lo están dando a la leche abrazando las bebidas vegetales como sustitutivo.

A la postre, son las firmas comerciales las que no pueden dar la espalda a los consumidores porque dependen de ellos. Y si estos cambian sus costumbres y sustituyen la margarina por la mantequilla central lechera asturiana (o de otras marcas) deben estar atentos si quieren seguir obteniendo beneficios.

¿Tienen razón aquellos que critican la margarina? Para esa pregunta no tenemos respuesta, ya que ni los expertos se ponen muy de acuerdo.