Seguro que más de una vez has admirado con envidia la sonrisa de algún famoso y te has preguntado cuál es el truco para conseguir esas sonrisas tan bonitas y perfectas. Seguro que al final te has quitado la idea de la cabeza pensando en que debe de ser un tratamiento que no está a tu alcance.
Tal vez, no tengas una boca fea y no consideres que necesitas un tratamiento de ortodoncia para alinear tus dientes, pero el color de estos, su tamaño o su forma no acaba de convencerte. Si eso es lo que te sucede, la solución es mucho más sencilla de lo que parece, solo tienes que recurrir a un especialista y solicitar la colocacion carillas dentales en Vigo.
Las carillas son una especie de funda acrílica que se coloca exclusivamente sobre la parte visible del diente para cambiar su forma y su apariencia. Esta es la diferencia más importante con las fundas, que cubren el diente en su totalidad y para ello es necesario limarlo y reducirlo.
Pero antes de colocarlas es necesario realizar un estudio para saber cuál es la forma adecuada, qué dientes deben de cubrirse, hasta donde o incluso el tono. Esto es muy importante ya que, si solo se colocan carillas en los dientes superiores, elegir un tono excesivamente blanco puede hacer que los dientes inferiores se vean demasiado amarillentos por el contraste.
El especialista puede aconsejarnos qué tipo de carillas pueden ser mejores para nosotros y qué debemos de hacer para mejorar la sonrisa. Pero nosotros tendremos la última palabra en temas como el color que queremos para las mismas o incluso el tamaño.
Existen diferentes tipos de carillas y es importante que el especialista nos cuente las diferencias entre unas y otras, así como sus ventajas y sus inconvenientes. Es importante señalar que no todos los dentistas trabajan todos los tipos de carillas, ya que algunos descartan las que consideran que no dan buenos resultados para evitar clientes insatisfechos.
El precio de las carillas depende del material, de la calidad y también de los honorarios del profesional que las coloca, pero como media pueden salir por unos doscientos euros cada una. Por tanto, es un tratamiento estético más bien económico en comparación con otras técnicas.
No obstante, no son permanentes. Su durabilidad va a depender del material y también de los cuidados que se le den. Unas carillas de calidad y bien cuidadas pueden durar hasta quince años.