Las cortinas son uno de los trabajos de costura más habituales porque permiten realizar un trabajo personal y que además es sencillo. Se ahorra mucho dinero respecto a encargarlas ya confeccionadas y son más atractivas que las que se pueden comprar en medidas estándar. Además, al hacer la cortina uno mismo le dará el frunce y el tamaño que realmente le apetece pudiendo probar hasta conseguir el efecto que realmente se quiere.
Saber como coser cortinas con cinta fruncidora está al alcance incluso de los más novatos en el mundo de la costura. Y es que solo hay que cortar la tela en el tamaño que se desea teniendo en cuenta el frunce que se le va a dar. Si se quiere una cortina con ondas se comprará 1,5 veces la medida que se quiera cubrir mientras que si se quiere que tenga mucho frunce se puede llegar a comprar hasta 3 veces la medida a cubrir.
Una vez que la tela está cortada, hay que coser todos los bordes para que no se deshaga. Ten cuidado al calcular el largo, ya que es algo en lo que fallan muchos novatos. Si no tienes experiencia, lo mejor es comprar una cortina que no venga rematada por abajo y cogerle el borde una vez hecha y colgada para asegurarnos de que tendrá la longitud deseada.
Hecho esto es el momento de colocar la cinta fruncidora, aproximadamente a uno o dos centímetros del borde superior. Se cose con la máquina de coser tanto por el extremo superior como por el inferior. En los lados, se dobla ligeramente hacia adentro para que quede bien rematada. Hecho esto, solo queda tirar de las cuerdas que tiene arriba y abajo para ir frunciendo la tela poco a poco y de una manera bien repartida.
No te preocupes si el frunce no queda bien a la primera, porque podrás corregirlo cuantas veces quieras estirando la tela y volviendo a tirar del cordón hasta que esté exactamente a tu gusto.
Una de las ventajas de las cortinas fruncidas con mucho vuelo es que no se notarán los pequeños defectos que puedan existir a la hora de coser la tela, por lo que el trabajo siempre se va a ver de lo más profesional. Podrás presumir de cortinas hechas a mano por tí mismo y disfrutar con un trabajo personal y bonito.