Mi hijo tiene días de alimentarse exclusivamente a base de leche y productos lácteos. Es un fanático de la vaca. Fue uno de los primeros animales que aprendió a imitar con el “muuuu”. Alguna vez que vamos de viaje al norte, alucina cuando nos cruzamos con ellas en un prado. Supongo que el chaval ha heredado la afición de los padres: a nosotros también nos entusiasman los derivados lácteos…
Si hay un producto que no falta en nuestra nevera ese es el yogur. En la balda superior está ocupada siempre por yogures. En el lado izquierdo están los yogures naturales del niño y en el derecho los de sabores de los papás. Sí, el mundo al revés, el peque prefiere yogures naturales y a mí, qué queréis que os diga, pero el natural me sabe demasiado natural…
Tanto nos gustan los yogures que siempre estamos atentos a las novedades sobre marcas yogures españa. Solemos ser fieles a la misma, pero, de vez en cuando, probamos otras cosas. La última vez que probamos algo diferente, nos quedamos sorprendidos por la calidad de la marca blanca de nuestro supermercado. Y es que, hoy en día, las marcas blancas cada vez son más cuidadas y hay más variedad. Y hay que tener en cuenta que, a menudo, esos productos son en realidad fabricados por empresas de alto nivel y gran experiencia.
A veces nos pasa que nos gusta tanto probar cosas nuevas que llenamos la nevera de yogures y pensamos: “tenemos demasiado, nos van a caducar”. Pero nunca caducan, siempre nos arreglamos para consumir todas las existencias. Yo creo cuantas más marcas yogures españa vemos en la nevera más nos motivamos para consumir.
Pero en cuanto al niño, el tema se está pasando de la raya. Su afición le está perjudicando porque, sobre todo para la cena, no quiere comer otra cosa que no sea yogur. Nos lo pide a gritos: “bubur, bubur”, y no quiere saber nada de lo demás. Así que nos vamos a tener que poner las pilas y reducirle su ración diaria: el chaval está enganchado.