¿Eres una de esas personas que siempre beben la misma marca de vino o eres de los que te gustan probar bebidas diferentes y disfrutar descubriendo matices y sabores distintos? Lo cierto es que es complicado ser fiel a un vino cuando existen tantas bodegas rias baixas y de otras denominaciones de origen que elaboran caldos tan atractivos y tan deliciosos.
Algunas personas beben siempre vino blanco, pero aun así eligen variedades diferentes, ya sea para probar cosas nuevas ya sea para combinar mejor con el momento o con la comida. Por ejemplo, los vinos ligeramente dulces y algo espumosos son ideales para disfrutar de una copa después de cenar, para brindar en una ocasión especial sustituyendo a los cavas o para tomar con el postre. Los vinos blancos con más carácter, más secos, pueden ser perfectos para acompañar a la comida o a los aperitivos.
Otros son fieles al vino tinto, pero igualmente eligen vinos más jóvenes y frescos para disfrutar de una copa por la mañana y vinos con más carácter para comer o para tomar por la tarde/ noche. Las diferentes variedades de vinos tintos hacen que sea posible tomar una copa diferente casi cada día. Desde los que tienen matices más afrutados hasta los que destacan por el aroma a madera de las barricas.
El tipo de uva es un elemento importante para que el vino sea de un tipo u otro, pero la mayoría de vinos tienen mezcla de diferentes tipos de uva. Esto hace que los resultados sean mucho más redondos y el vino tenga mayor personalidad. Las características de una fruta hacen que se mejoren las carencias de la otra y viceversa, logrando un producto de una calidad mayor. Cuando hay un tipo de uva que destaca, se dice que es vino de esa variedad y algunos es a esto a lo que son fieles: a la variedad de uva que le da carácter al vino.
Por suerte, el vino nunca nos va a exigir una fidelidad ni nos va a echar en cara que lo hayamos cambiado por otro aunque sea de forma ocasional. Por eso, incluso si eres un fiel bebedor o bebedora de un vino concreto, siempre es reconfortante tener una aventura ocasional con una copa de otra marca que nos puede descubrir algo nuevo y muy estimulante, aunque al final volvamos a lo que nos gusta de siempre.