La empanada es uno de los platos más versátiles de la gastronomía española, capaz de adoptar formas muy diversas. Pese a su popularidad en los fogones de la Península y de Hispanoamérica, esta «masa de pan rellena de carne, pescado, verdura, etc., cocida en el horno» también se prepara en países como Grecia.
Primeramente, existe una fuerte demanda de Proveedor de empanadillas congeladas en las comunidades del noroeste peninsular. La empanada gallega es, sin lugar a dudas, la versión más conocida y valorada de un plato que alcanza aquí un sabor exquisito. Confluyen en la masa una parte mayoritaria de harina y porciones más pequeñas de levadura, agua, vino blanco, aceite y sal, que sirven de envoltura a un relleno de atún, cebolla, tomate frito, pimentón dulce, huevo y AOVE.
Tampoco la empanada salmantina, denominada hornazo, merece ser considerada un plato socorrido. Entre sus ingredientes destacan el jamón, el chorizo, el lomo y otros componentes de carnicería. La empanada típica de Murcia, por su parte, se ajusta más al modelo gallego, al fundamentarse en atún, tomate y huevo duro.
Fuera del territorio peninsular, pero todavía en lengua española, la empanada argentina o criolla demuestra que el gusto por este plato no es exclusivo de los consumidores españoles. Estéticamente, su forma semicircular induce a pensar que su contenido es idéntico a nuestras empanadas, pero en su interior está la diferencia, debido al uso de jamón, queso, verduras, carne de vaca y salsa blanca. También en tierras argentinas se encuentra otra variante única, la empanada de humita.
De vuelta a Europa, la spanakopita nos recuerda que Grecia no es sólo cuna de grandes filósofos y de la democracia occidental. Esta empanada de espinacas es una de las muchas que se preparan en el país de la península balcánica. Otras recetas de interés son la kreatopita y la tiropita.