Cuando llegamos a esta casa nos gustó prácticamente todo. El precio estaba en consonancia con la ubicación, y nos quedaba muy de cerca del trabajo de mi mujer que era una prioridad. Pero es cierto que la primera semana ya nos dimos cuenta de que tenía algunos desperfectos que, tarde o temprano, nos iban a dar quebraderos de cabeza. Pero como cuando un inquilino llega a una casa nueva no quiere problemas, preferimos esperar un tiempo. Y cuando pasa el tiempo, luego prefieres seguir esperando, hasta que un buen día ya no puedes esperar más.
Los principales problemas que teníamos con la casa estaban en las persianas y en los pomos de las puertas. Las persianas no eran de buena calidad y se notaba, y así fue que no tardó en romperse la cuerda de la persiana de la cocina. Más extraño era lo de los pomos. La mitad estaban flojos y no sabíamos cuánto tiempo podrían aguantar. Pero seguimos sin decir nada al respecto.
Un día nuestro hijo se colgó de la puerta de la entrada y se quedó con el pomo en la mano. Avisamos a la dueña, pero consideró que no era algo muy urgente… hasta que lo fue. Al volver a casa todos juntos del cine al día siguiente por la noche, nos encontramos con que no podíamos entrar en casa. ¡Y era sábado y de noche! Así que avisamos a Cerrajería urgente 24 horas en Cadiz porque la cosa no estaba como para dormir en el portal. La atención fue excelente y en poco tiempo ya pudimos entrar en casa, pero la aventura nos costó un buen dinero, lógicamente.
Tratamos de ponernos en contacto el domingo con la dueña, pero en domingo no coge el teléfono al parecer. Menos mal que no había un incendio o algo así. De cualquier forma, el lunes ya sí fue informada de todo y nuestra aventura con la cerrajería urgente 24 horas en Cádiz. Entonces sí que se dio prisa para corregir el resto de pomos y revisar la cerradura para ver si podía haber otro problema. Para otra vez, por supuesto, no dejamos pasar tanto tiempo con estas cosas.