Solo llevo un año y medio trabajando en un call center, pero hasta hace unas semanas todo iba bien y tranquilo. A pesar de que algunas de estos centros tienen mala reputación por la forma en la que se supone tratan a los empleados, yo no tengo queja. Desde el principio mi supervisor fue mi claro con los objetivos y la forma de trabajar. Yo lo acepté y me ha ido bien. Y el ambiente de trabajo es muy bueno: somos gente de edades parecidas y he hecho algunos buenos amigos.
Pero, hoy en día, da igual el trabajo que tengas: siempre tienes que estar abierto a cambios. Y cuando menos te lo esperes tal vez te sorprendan con alguna innovación que cambie tu forma de trabajar. Hace unos meses llegó el rumor de que algunas empresas call center en a coruña iban a empezar a implementar una tecnología de reciente creación para supervisar las llamadas.
Hasta ahora, algunas de las interacciones entre los agentes y los clientes eran grabados y/o supervisadas para comprobar la calidad del servicio. Es algo que, sobre todo al principio, cuesta aceptar: es como si te estuvieran observando trabajar desde una mirilla. Pero, al final, te acostumbras porque forma parte del trabajo. Por otro lado, en algunas ocasiones, la grabación de las llamadas es obligatorio, especialmente cuando se firma un contrato.
Pero lo que se está probando en diversas empresas call center en a Coruña es algo nuevo: se trata de una tecnología que hace uso de la inteligencia artificial y que trata de valorar la calidad del servicio de forma automática. O como alguien dijo en la oficina: ahora será un ordenador el que nos diga si estamos haciendo bien o no nuestro trabajo.
Bueno, yo no quiero ser tan tremendista. Me gusta mucho la tecnología y estoy abierto a novedades. El problema, en este caso, no es que el “jefe” sea el ordenador, sino que como sucede con todas las tecnologías de reciente creación, habrá fallos y es probable que los agentes seamos los que más lo vamos a sufrir. Pero, eso sí, al menos el nuevo jefe no nos gritará…