Me gustan las ventanas, cuanto más grandes mejor, pero eso complica la combinación con otros elementos como las cortinas o los estores, además de ofrecer un peor aislamiento. Por supuesto, hay ventanas y ventanas, pero lo cierto es que el cristal es un peor aislante que una pared de hormigón y ladrillo. Y si estamos en un entorno de temperaturas extremas o en una calle con mucho ruido, las ventanas muy grandes pueden ser un problema.
Por eso hay que elegir bien los elementos que se combinan con las ventanas, tanto los estores como las persianas. Por ejemplo, yo soy muy fan de las cortinas venecianas de madera. Me encantan, es una debilidad. Pero, por supuesto, no sirven para todos los espacios de la casa. No creo que quedasen muy bien unas venecianas de madera en la cocina, por ejemplo.
En lo que respecta a mi piso, las coloqué en el lugar en el que suelo trabajar, en un principio. Es un sitio con bastante iluminación natural por lo que una cortina tradicional no me iba a servir. Sobre todo por la mañana da el sol directamente por lo que tendría que tener la persiana exterior bajada. Y tampoco quiero estar completamente a oscuras. Por eso una veneciana creo que es una opción adecuada.
Como sabemos, una de las características especiales de las venecianas es que permiten graduar la entrada de luz. Y eso era lo que yo buscaba. En las primeras horas de la mañana, una pequeña apertura de forma que entra la luz por los huecos y mi despacho parece el de un detective de los años 50 en aquellas películas de género negro. Y, después, más tarde, las puedo abrir más o subirla directamente para que entre toda la luz porque ya no da el sol directamente.
Las cortinas venecianas de madera son solo una opción para determinados espacios. Lo cierto es que no están muy de moda, pero a mí me encantan. Pero seguro que podéis encontrar vuestro estilo de veneciana en otros materiales, si no os van la madera para una cortina.