Las plazas de aparcamiento en el centro de Alicante se dividen en tres grupos: las de Zona Azul, de Zona Naranja y gratuitas. Debido al carácter peatonal del casco antiguo valenciano, los parkings disponibles son escasos y reciben una intensa demanda, especialmente en fines de semana y días festivos.

Pero estacionar en el centro de Alicante es un desafío menor para quienes se informan de las opciones de aparcamiento accesibles en este municipio. Las plazas de Zona Azul, primeramente, son reconocibles por las líneas de dicho color que las delimitan y están orientadas a conductores que piensen permanecer de una a dos horas con el vehículo estacionado.

Las plazas ‘azules’ se destinan, por tanto, a coches de rotación, sin distinguir en que el conductor sea o no residente. La finalidad de estos parkings es incentivar la rotación y satisfacer así las necesidades comerciales, sanitarias y de otra índole de viajeros, turistas y residentes. Estos aparcamientos se clasifican en tres clases —básica, comercial y reducida— cuyo coste y estancia permitida varían.

Por su parte, los aparcamientos de Zona Naranja están señalizados con líneas de dicho color y reciben un uso preferencial por parte de los conductores residentes en Alicante, si bien las ordenanzas no restringen su uso. Así, los usuarios visitantes son libres de utilizar estas plazas.

Los estacionamientos ‘naranjas’ poseen ubicaciones céntricas, siendo una opción recomendada. Ambos aparcamientos —Zona Azul y Zona Naranja— acarrean un coste ajustado en función del tiempo de permanencia, que los usuarios deben abonar por medio de los parquímetros dispuestos a tal efecto en las cercanías.

En último término, los conductores disponen de un número reducido de plazas sin coste ni límites de ninguna clase, accesibles en la calle Doctor Sapena, las inmediaciones del Castillo de Santa Bárbara, el  Museo Arqueológico de Alicante y la Cara del Moro, entre otros destinos. Debido a su gratuidad, estos aparcamientos reciben una alta ocupación.