Los productos de la huerta son los que, por norma general, mejor aguantan el congelado en lo que a vegetales se refiere. Tanto los champiñones como las setas son deliciosas congeladas y también sucede lo mismo con los ajetes, espárragos o con el tomate y el pimiento. Gracias a los congelados podemos tener todo esto siempre a mano y no hay que salir a comprar cada vez que se quiere preparar un plato. Aunque hoy vamos a referirnos a la cebolla y a las ventajas de comprarla congelada, los dos últimos puntos son válidos también para el resto de hortalizas y verduras.

1. Te vas a olvidar de las lágrimas. Una de las cosas que más rabia dan de la cebolla es las lágrimas que sus ácidos producen. Es desesperante tratar de cocinar cuando tus ojos te pican y te lloran y no ves lo que tienes delante. Pero eso no sucede con la cebolla congelada que ya está lista para ser utilizada y no te causará irritación ocular. Solo tienes que acudir a un distribuidor de cebolla congelada y tener siempre una bolsa en tu congelador. Dado que su plazo de caducidad es muy amplio, puedes comprar una bolsa grande para tener siempre cebolla lista para ser utilizada y no quedarte sin este imprescindible producto en la cocina.
2. Tendrás cebolla lista para usar en todo momento. No tendrás que pensar si te has acordado de comprar una cebolla ese día para preparar tu plato favorito ni tendrás que salir corriendo a mitad de la preparación al descubrir que no hay en la despensa nada de este producto. Solo tendrás que coger la cantidad que necesitas de la bolsa del congelador y usarla ya que no tiene que descongelarse previamente. Y te sirve para todo tipo de platos, desde guisos hasta empanadas. Incluso puedes tener cebolla en aros para rebozar y freír.
3. No se te perderá la cebolla que no uses. Es frecuente que, si no cocinas todos los días, cortes un trozo de cebolla para aliñar un guiso o para una ensalada y cuando quieres volver a usarla, te encuentres con que se ha estropeado. No se trata tanto de lo que cuesta la cebolla, sino del hecho de que se estropee un alimento y que, además, no tendrás el producto cuando te hace falta. Congelado, siempre estará ahí para ti y no se estropeará tan rápido.