A la mayoría de los consumidores no nos gusta pasar mucho tiempo en el supermercado, pero tal vez deberíamos hacerlo: elegir el primer producto que nos entre por los ojos, a menudo, no es una buena elección. No solo es que la organización de los productos en las estanterías responda a criterios de marketing (y de quien pague más), sino de que muchas veces no leemos atentamente el etiquetado y compramos lo que no queremos.
Podemos poner el ejemplo de la leche, ahora que existen muchas variedades diferentes. No es lo mismo una leche entera sin lactosa que una Leche Entera BIO sin lactosa. El término ‘BIO’ puede ser muy importante para determinados compradores, sobre todo aquellos más comprometidos con la sostenibilidad y el bienestar animal.
Por supuesto, el hecho de que una leche no sea BIO no quiere decir que no sea de buena calidad. Por suerte, en países como España, los controles de calidad tanto de las propias marcas como de organismos reguladores analizan concienzudamente los productos y, aunque siempre puede haber una leche mejor que otra, todas son aptas para el consumo humano.
Dicho esto, el término ecológico, BIO o de pastoreo suele provocar un poco de confusión en los compradores. Por eso es tan importante, no solo leer el etiquetado, sino también tratar de informarse sobre las características de cada producto. Por ejemplo, la Leche Entera BIO sin lactosa responde a los mismos criterios que la leche ecológica, mientras que la leche de pastoreo, que también puede ser ecológica, se refiere directamente al modo en el que se alimentan y se desarrollan las vacas.
En este sentido, cada vez son más los consumidores que apuestan por la leche de pastoreo porque su etiqueta garantiza un mayor respeto por el animal que pasta en libertad: de hecho, en algunos casos se les llama leche de “vacas felices” aunque este último, lógicamente, se trate de un término de marketing no recogido dentro de la categoría ecológica oficial.
De cualquier manera, y pese a la confusión, cada vez son más los consumidores que quieren estar más el día sobre la trazabilidad de los productos que consumen: y solo sabiendo leer las etiquetas podremos estar seguros de lo que compramos.