Los niños son una bendición, pero una no muy compatible con los muebles delicados, al menos cuando están en esa edad en la que son todo energía y cero cuidados. Por eso, si quieres que tu terraza funcione, deberás tener en cuenta a los más pequeños de la casa a la hora de comprar muebles terraza.
Elimina de tu lista todos aquellos que son excesivamente delicados, como por ejemplo los forrados en delicadas telas blancas que pueden ser muy atractivas pero que resultan poco prácticas por manchadizas. Si quieres que el blanco sea el protagonista de tu terraza, tendrás que apostar por telas plastificadas protegidas y lavables que se puedan mojar e incluso frotar si es necesario. Así, los niños podrán sentarse a comer un helado o a merendar sin miedo a cómo dejarán todo ya que este tipo de telas se limpian tan sólo pasando un paño húmedo.
En cuanto al material de la base, olvídate de las maderas delicadas y apuesta por las rafias sintéticas que son muy atractivas y en apariencia idénticas a las naturales, pero que no se van a dañar por el efecto del sol y de la humedad y que, además, no se rayan fácilmente. Los niños podrán jugar y disfrutar de los sofás y sillones del jardín sin miedo a que acaben marcados.
En el caso de las mesas, descarta las que tienen cristal. Si bien es cierto que los cristales modernos son duros y no se rompen con facilidad y que en el caso de hacerlo suelen ser de seguridad, es decir, no cortan, también es cierto que es imposible mantenerlos limpios con los niños. Seguro que no te apetece pasarte todo el verano con el limpiador de cristales y el paño en la mano abrillantando el bonito cristal de la mesa cada vez que los peques dejen sus manitas marcadas.
Por suerte, los modernos diseños de mesas en tonalidades de madera, en rafia o incluso con acabados de otros tipos, como el azulejo, son ideales para que los más pequeños puedan tocar tantas veces como quieran y continuar viéndose bonitas e impecables.
Niños y estilo no son incompatibles, solo hay que escoger los materiales adecuados y apostar por la calidad, ya que esta siempre va a resistir mucho mejor el agradable ajetreo de una casa con niños, manteniendo su utilidad y su estética.