Siempre me sentí atraído por los trabajos que supusieran un reto constante. Eso de estar sentado en la oficina viendo la vida pasar no era para mí. Cuando surgió una oportunidad para trabajar en una empresa industrial como aprendiz de mantenimiento me pareció una buena oportunidad. En la entrevista pusieron mucho énfasis en que se trataba de un trabajo de riesgo para que el que había que estar muy preparado haciendo un seguimiento muy estricto de las normas de seguridad.
Y es que en una empresa industrial como esta, las altas temperaturas, la presión o el fuego son elementos con los que hay que tener mucho cuidado. Una vez que conseguí el trabajo tuve que pasar una larga fase de entrenamiento con personal cualificado y con experiencia. Al principio me costó un poco, yo era joven y quería desde el principio ‘salir de titular’. Pero pronto aprendí que, en este trabajo, la prioridad era la seguridad y la protección.
Una de las primeras lecciones que nos enseñaron fue acerca de las herramientas y los trajes. Buena parte de nuestro trabajo gira en torno al conocimiento y buen manejo de las herramientas, así como del cuidado de nuestra indumentaria que está compuesta por materiales de última generación incluyendo Cinta elástica ignífuga. Son trajes caros y que hay que cuidar porque, ante cualquier problema, pueden suponer la diferencia entre un susto y algo peor.
Recuerdo cuando era pequeño y veía esas películas de bomberos con esos trajes como de plástico tan aparentemente pesados. Esos materiales que desde hace décadas se usan en los trajes de bomberos también se aplican en otros sectores que también precisan protección frente al fuego y las altas temperaturas. Es la única manera de trabajar en condiciones ambientales delicadas.
Una vez que me enfundé el traje con mi Cinta elástica ignífuga y me puse los guantes y las pesadas botas para entrar en faena sentí que la espera había merecido la pena. Desde luego que no es un trabajo fácil, pero es lo que buscaba, un oficio entretenido y que supone un reto diario, no algo en lo que pasar las horas esperando que acabe el turno.