Los cambios siempre resultan atractivos para el público. A todos nos gusta ver cosas nuevas y nos llama la atención acudir a un local si ha efectuado cambios. Uno de los lugares que más gente atrae en hostelería es la terraza, y renovarla para que resulte más acogedora y atractiva puede hacer que los clientes se multipliquen.
Uno de los cambios más habituales son las mesas y sillas terraza hosteleria que, cada cierto tiempo, hay que renovar para que se mantengan bonitas y en las mejores condiciones. Una vez que se cambian apuesta por modelos ergonómicos y cómodos y elige principalmente las sillas sin reposabrazos, que son más adecuadas para que todo el mundo se sienta cómodo, independientemente de su tamaño.
Una vez que inviertes en la renovación de la terraza, pon algunos elementos decorativos a mayores de mesas y sillas, como maceteros con plantas. Estos, sobre todo si son de gran tamaño, no solo van a servir para darle una apariencia más atractiva a la terraza, también servirán como frontera con otras que estén justo al lado, haciendo que el espacio quede mucho más delimitado y la terraza se vea más íntima y recogida. Se evita de paso que se pueda ocupar espacio de la terraza por parte de clientes de otro negocio al mover sus sillas.
Si quieres que tus clientes se sientan más a gusto que nunca, puedes colocar algunas cestas con mantitas individuales para que, por las tardes noches, puedan ponerlas en los hombros o sobre las piernas. Así, podrán disfrutar de una bebida caliente o de una copa en la calle, pero sin pasar ningún frío, en un ambiente muy parecido al de casa. Mucha gente disfruta mucho de las terrazas por poder fumar, por respirar aire puro o porque no les gusta meterse en un lugar de interior abarrotado de gente. Pero así, podrán hacerlo sin tener que pasar frío.
También puedes elegir, siempre que la normativa te lo permita, si cierras o no cierras tu terraza. Las terrazas cerradas merecen la pena en lugares en los que el tiempo puede ser lluvioso con frecuencia, ya que así la gente podrá disfrutar del aire libre igualmente. Pero en los sitios en los que llueve poco, tal vez no merezca la pena la inversión. A no ser que el cierre permita aislar del frío o del viento o incluso colocar aparatos de aire acondicionado para tener siempre una temperatura agradable.