Un viaje para toda la familia

 No me gustan los concursos, no me gusta la lotería y no me gusta apostar. Y tampoco me va mucho lo de pertenecer a un club. Como diría aquel, nunca pertenecería a un club que me aceptara como socio. Pero bueno, hay excepciones. Como en casa somos extraordinarios consumidores de leche y derivados lácteos y casi siempre compramos la misma marca, ¿por qué no pertenecer al club leche asturiana y obtener algunos beneficios?

En realidad, fue mi mujer la que apostó por ello porque a mí me daba un poco de pereza. Pero después de comprobar que el funcionamiento es bastante sencillo y la cantidad de premios que dan, además de los descuentos en diferentes productos y planes de ocio, me animé a tomar la batuta y llevar yo mismo todo lo relacionado con el club. Ahora yo me encargo de guardar los códigos y todo lo demás. 

Uno de los últimos premios que van a dar es un viaje a Dinamarca para ver Legoland. Y claro, he pensado en los niños y lo que les gusta a ellos todo lo relacionado con Lego. Recuerdo que en mi época también había muchos juegos de este tipo aunque había una marca española que se denominaba Tente que tuvo mucha repercusión por aquellos tiempos hasta el punto de que en mi casa solo entraba Tente. 

Por alguna razón no queríamos saber nada Lego. Supongo que sospechábamos que se trataba de un imperio y nosotros siempre estuvimos con los rebeldes. ¡Y cuánta razón teníamos! Tente no tardó en desaparecer y hoy en día todas las piezas son del imperio Lego… A mis hijos toda esta historia les suena al “abuelo cebolleta”. Ellos solo conocieron Lego y estarán encantados de ir a Legoland si nos toca el premio de club leche asturiana. Aparte de que Tente no tiene ningún parque de atracciones, claro…

De cualquier manera, hemos logrado sacar partido a nuestro club de La Asturiana y estamos muy contentos. Lo del premio del concurso ya sería la guinda, pero de momento está bien. Esto demuestra que pertenecer a un club no tiene por qué estar tan mal.