En la empresa en la que trabajaba hace ya unos cuantos años teníamos una pequeña flotilla de furgonetas pero las furgonetas no pertenecían a la empresa ya que aprovechaban Ofertas Renting coches para empresas para conseguir esas furgonetas y las iban cambiando con bastante frecuencia. Me gustaba conducir esas furgonetas, iban muy bien y como casi estaban nuevas era un gustazo ir en ellas y además los palets que solía meter dentro de ellos me entraban bastante holgados que era lo verdaderamente importante. Pero por desgracia la mayor parte de mi trabajo era dentro de la nave y solamente tenía que coger mi furgoneta cuando era estrictamente necesario o alguno de los ingenieros que mandaban sobre mí querían que les hiciese algún encargo, cosa que era bastante normal. Durante una temporada me mandaban a una nave, que estaba situada en medio de un bosque, en la que hacían soldaduras y necesitaban saber si esa clase de soldaduras que hacían allí les valían a mis ingenieros para realizar las máquinas que construían en mi empresa y con las que también trabajábamos nosotros.

Estas ofertas de renting para empresas las tendrían que aprovechar en otro trabajo que tuve repartiendo uvas para hacer vino, porque en ese trabajo tenía que trabajar con una furgoneta que no era lo que yo esperaba cuando me contrataron. Funcionaba tan mal que hasta dejó de funcionar el cuenta kilómetros, y a partir de ese momento fui a una velocidad más que moderada, ya que no me querían arreglar ese fallo y personalmente le tengo más aprecio a mi carnet de conducir que a un trabajo que solamente me iba a durar un mes, por mucha prisa que me metiesen yo no iba a arriesgar lo más mínimo con esa furgoneta que no sabías a cuánto ibas.Por lo menos cuando me tocaba ir por una autovía me podía relajar un poco, ya que las velocidades son más altas que en la ciudad pero aún así no podía dejar de pensar en que no me podía pasar de velocidad, menos mal que no me llegó ninguna clase de multa.